lunes, 7 de abril de 2008

EL APRENDIZAJE DEL EUSKERA.



Aún no teniendo claros los pormenores del nuevo plan para la instauración del euskera en la escuela pública vasca, es evidente que se tratará de una nueva vuelta de tuerca para promover un mayor uso de la lengua. Más allá de romanticismos idiomáticos y demagogias al respecto que los políticos de todos los colores no tendrán otra que abrazar, querría hacer varias consideraciones al respecto.

En primer lugar, ya que el antiguo parece haber sido un plan que no ha logrado sus objetivos, solicito explicaciones del fracaso a las fuerzas políticas que lo implantaron. Si esto no es posible, pido que al menos se nos expliquen los objetivos finales del nuevo proyecto, así como la manera en que el plan se llevará cabo, con pelos y señales. Por ejemplo, las sanciones que se aplicarán a los centros que no cumplan sus objetivos, el futuro de los profesores que desconocen la lengua o las consecuencias para los alumnos que no superen los perfiles pedidos. Puesto que esta explicación pública dudo se produzca en todos sus términos o con toda la claridad posible, pido al menos se reflexione, finalmente, sobre los esfuerzos que esta sociedad viene realizando para promover el uso del euskera. Desde quienes hemos subordinado el aprendizaje del inglés, el francés o el alemán para su aprendizaje hasta quienes han incluso aparcado proyectos personales para el logro del perfil exigido, pasando por los profesionales de todas las áreas imaginables que han sido relegados, sustituidos o penalizados por su desconocimiento de la lengua. El esfuerzo de buena parte de la sociedad ha sido enorme.

Es romántico, políticamente correcto, bienintencionado la mayoría de las veces y hasta elogiable si se quiere promover el uso de esta bella lengua antiquísima que tantas horas de dedicación ha exigido a los eukaldunberris, pero espero que este esfuerzo haya o vaya a merecer de algún modo la pena, cosa que sinceramente dudo. Que este esfuerzo se vea, ignoro cómo, recompensado. Que no haya sido un dineral tirado a la papelera y una inmensidad de tiempo malgastado. Espero también deje de utilizarse la lengua vasca (¡y española!) como arma política arrojadiza o como medida de vasquidad o ciudadanía, pues no puede serlo en absoluto. Espero también, y esto sí que es poco esperable, que no se olvide que el idioma es, ante todo, un vehículo de comunicación entre personas, cuya unión debería facilitar.


4 comentarios:

Triana dijo...

Hace mucho, muchísimo tiempo que los nacionalistas han olvidado que cualquier idioma es un instrumento para la comunicación humana y no un medio de discriminación y una forma de reafirmación identitaria y además, sin el más mínimo pudor, han primado la enseñaza en eskera sobre la calidad de la enseñanza, lo que no les impide, aún con los desastrosos resultados del informe PISA, publicar en plena campaña electoral unos carteles sobre el fracaso escolar en la CAV, la UE y el "Estado español" absolutamente falsos. Ni con sus mentiras han podido sujetar el voto.

gorka maneiro labayen dijo...

Así es, Triana. Pero hay mucho más acerca de las lenguas que se debe decir. Estoy en ello y con un poco de suerte mañana estará en el blog, para discutirlo si se tercia o simplemente conversar sobre ello. ¿Tienen las lenguas derechos? ¿Tienen el derecho de fomentar hablantes forzosos que las perpetúen? ¿Están las lenguas minoritarias condenadas a la extinción? ¿Son las lenguas patrimonio cultural o más bien son producto de la evolución del hombre, como pueden ser nuestros rasgos físicos? ¿Son equivalentes a conocimiento científico a evaluar? ¿Tienen derecho a gozar de una protección especial?

Triana dijo...

Gorka, las preguntas que planteas me parece muy interesantes; yo no me encuentro capacitada para responder a todas, pero sí a alguna, por ejemplo estoy convencida de que son las personas las que tienen derecos no las las lenguas, bueno a lo mejor tienen derecho a que quienes las hablan y las escriben no las destrocen, pero aquí deberían acabar los derechos lingüisticos. También creo que no sirve de nada, por dinero que se invierta o se tire en ello, obligar a nadie a aprender un idioma, porque los obligados cuando tras años de esfuero consigan aprenderla limitarán su uso al ámbito laboral o escolar donde se haya producido la presión para aprenderla y, aunque se utilice, será una lengua sin el dinamismo necesario para enriquecerla por el uso efectivo de la gente.

Anónimo dijo...

felicidades por tu blog Gorka. lo que veo y siento desde la distancia, desde el Perú, es que en el País Vasco hace tiempo que muchas cosas en sí loables, interesantes, necesarias... se vuelven perversas por esa fanática y absurda visión de la vida: de estás conmigo o estás contra mí, de que todo, hasta el ir a comprar chuletas se vuelve un acto político tenso y desagradable. falta sentido del humor y mucho.
un abrazo
iñigo