A menudo releo libros pasados o artículos que guardo archivados. Repaso notas y compruebo muchas de las veces, con cierto pesimismo, que muchas situaciones siguen siendo las mismas, y siguen siendo los mismos que ahora los que levantaban entonces la voz y reclamaban justicia. Según voy cumpliendo años, y aunque aún soy tan joven que espero un mejor futuro, comienzo a plantearme que el problema terrorista va para demasiado largo, tanto que me haré en breve con la coraza del escepticismo. Con lo optimista que ha sido siempre uno... En fin, reescribo unas palabras de Mario Onaindia, pertenecientes a un artículo suyo, titulado Zumárraga (hoy bien podría titularse Mondragón, Hernani o Bergara). Si escucháramos a quienes sabemos tienen razón, mejor nos iría. Pero no escuchan los primeros que deberían hacerlo:
"A la hora de alcanzar la cohesión social de un país, nada puede sustituir la lucha común de los ciudadanos contra la tiranía y el totalitarismo a favor de la libertad y del sistema democrático que lo ampara. El resto es tan útil como arar en el mar".
Un saludo, Don Mario, tus ideas siguen siendo escuchadas.
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