viernes, 30 de abril de 2010

EL CONCIERTO ECONÓMICO: EL PP SE LÍA.

Hace medio año, el presidente de los populares vascos, en plena discusión sobre el blindaje de las normas forales tributarias, afirmó para argumentar su apoyo a la ventajosa excepcionalidad fiscal vasca lo siguiente: el Concierto Económico es muy español... razón por la cual sobran críticas o argumentos en su contra. Y se quedó tan ancho. En fin, como la expulsión de los judíos, el fracaso escolar... o la corrupción política, hechos muy españoles que al parecer deben protegerse y mantenerse en el tiempo.

Y ayer volvió a liarla, porque les pone nerviosos la coherencia con la que los upeydianos hacemos política. Y así, mientras el socialismo calla en su inmensa contradicción interna de defender un régimen fiscal común para Euskadi y una pluralidad de regímenes para España, el PP mete la pata cuando habla sobre el asunto. Y así, mientras el socialismo calla porque su postura traiciona su postura histórica favorable a la igualdad ciudadana, el PP se enerva y eleva la voz... y van cayendo como moscas en el error. Primero fue la presidenta de la Cámara Vasca, Arantza Quiroga, quien aún no ha respondido a nuestra propuesta de mantener un debate público sobre la materia.

Y ayer... el presidente del partido en Euskadi. Antonio Basagoiti nos acusó de incoherentes y demagogos en el asunto del cupo vasco y el Concierto Económico... ¡porque Rosa Díez fue consejera en la época en que se aprobaron las "vacaciones fiscales" y fue cuando peor se usó el Concierto Económico! ¡Como si la política fiscal fuera competencia del Gobierno Vasco y no de las Diputaciones Forales! Qué país, venir para contarlo...

miércoles, 28 de abril de 2010

UNA APUESTA DECIDIDA POR LA SANIDAD PÚBLICA.

La semana pasada debatimos una iniciativa del Grupo Popular tendente a garantizar el convenio suscrito por Osakidetza con la Policlínica de Gipuzkoa, una vez anunciada por el Gobierno Vasco la creación de una unidad de hemodinámica en el Hospital público de Donostia. En cuanto a la iniciativa defendida por el señor Borja Semper, nos dio la sensación de que se trataba de una propuesta cargada de prejuicios ideológicos. Y, sobre todo, que proponía algo menos sensato y menos rentable económicamente que la iniciativa política consistente en implantar una unidad de hemodinámica en el Hospital Donostia. Al menos en el largo plazo.

Creemos deseable que un hospital terciario de mil camas como el hospital público de Donostia tenga unidad de hemodinámica. Es verdaderamente extraño que, en un territorio como Gipuzkoa, toda la hemodinámica se derive al sector privado. Por tanto, apoyamos indudablemente la idea del gobierno de implantar una unidad de este tipo en el Hospital Donostia. Y pedimos al consejero señor Bengoa que defienda esta iniciativa con más convencimiento del que ha hecho gala hasta ahora.

Ya cuando le escuchamos al consejero de Sanidad (respondiendo a la interpelación que da lugar a esta moción), nos pareció que realizó un discurso ciertamente prudente o poco ambicioso con lo público. Habría que recordarle al señor consejero que existen en Europa modelos económicos con gobiernos de derechas donde los hospitales públicos son los hegemónicos y de primer nivel. Hospitales donde no se dilapida un euro en conciertos con el sector privado. Creemos, por tanto, que el actual consejero y el actual gobierno pueden defender el Sector Público con menos dudas y más convencimiento... porque hasta la derecha lo hace en la actual Europa.

A nosotros nos cuesta creer que en la Policlínica los conciertos sean cuasi-filantrópicos y que los controles de calidad sean como los del sector público, como vienen a decirnos algunos. Nosotros no podemos compartir con el señor Borja Semper que la implantación de una unidad hemodinámica en el Hospital Donostia vaya a suponer una peor gestión de la prestación del servicio público, una menor eficacia en la prestación del servicio público, un mayor coste en la prestación del servicio público y un peor servicio al ciudadano, tal como afirmó en la interpelación original.

Nosotros no podemos compartir con el señor Borja Semper, ni con su grupo, que la implantación de una unidad de hemodinámica en el Hospital Donostia vaya a suponer una peor gestión ni que vaya a suponer un retroceso en la calidad sanitaria. Y si tal cosa ocurriera, lo adecuado sería adoptar rápidamente las medidas necesarias para corregir la situación lo antes posible, en lugar de prolongarla con nuevos conciertos con el sector sanitario privado.

Este tipo de afirmaciones únicamente pueden ser realizadas por alguien que no cree en la Sanidad Pública. La Sanidad Privada hace bien por mirar por su negocio… y la Pública por el suyo, que es el de todos los ciudadanos. Los intereses de uno y otro sector son a menudo contrapuestos, no sólo aquí, sino en todo el mundo. Véanse si no las dificultades puestas por el “lobby” sanitario estadounidense a la, desde el punto de vista europeo occidental, “tímida” reforma impulsada por el presidente Obama, que pretendía una cobertura sanitaria cuasi-universal para su población.

Por tanto, y para terminar, desde UPyD pensamos que Euskadi necesita abogar sin titubeos por la Sanidad Pública, y por un sistema donde el sector privado sea complementario, no hegemónico. Y donde se reduzcan las externalizaciones sistemáticas y poco razonadas. En definitiva, entendemos no sólo perfectamente comprensible sino necesario que un hospital público como el Hospital Donostia tenga servicio de hemodinámica.

lunes, 26 de abril de 2010

UNA TERCERA VÍA.

Mal que le pese al señor Wert, ya existe en España, como en Gran Bretaña con Clegg, una tercera vía por donde transitar y hacer política. Y sí, se llama UPyD. Movimiento que no surge, como el supuesto analista pretende hacernos creer, de una suerte de escisión personal protagonizada por Rosa Díez respecto del socialismo español, sino más bien de un evidente hartazgo social ante la ausencia de un partido nacional... y ante los acartonados Rajoy y Zapatero, entre otros. Un tercerismo pujante, ciertamente, alternativo, surgido de la sociedad disconforme y liderado por intelectuales sin currículum político... afortunadamente. Y en cuanto a la supuesta ambigüedad ideológica, qué decir: hay quienes siguen sin querer entendernos, encorsetados en un obtuso sectarismo decimonónico que les impide superar el estatu quo vigente del "conmigo o contra mí". Al parecer, rompemos los esquemas mentales de los perezosos. En fin, respeto que no seamos su opción... pero somos la opción de una marea creciente de ciudadanos. ¿De cuántos? No importa tanto. Como dijo Unamuno, basta que se sepa que no existe unanimidad.

sábado, 17 de abril de 2010

EL NUEVO PLAN DE PAZ.

El último día para presentar alegaciones, el PNV, a través de su parlamentario señor Iturrate, ha pedido la retirada del nuevo plan, que trata de reformular el plan actualmente vigente, el ideado por los nacionalistas vascos, el que pretendía diluir el terrorismo etarra entre los restantes males que padecemos (violencia machista, hambruna mundial, cambio climático y desertización del Africa Subsahariana, entre otros) para que la sociedad vasca pudiera seguir practicando su deporte favorito... afortundamente venido a menos: mirar para otro lado y mantenerse en silencio. Entre las excusas para mostrar su rechazo: no hay consenso y divide a la sociedad. No hace falta ser un lince para responder sucintamente: si ustedes lo apoyaran, el consenso sería casi total y únicamente quedarían fuera del mismo los muy raritos. Pero las razones son otras: el nuevo plan, aunque mejorable, sitúa a la víctima en el centro del debate sobre la violencia, busca deslegitimar el terrorismo, solicita al profesorado vasco un mayor compromiso... y prestigia las instituciones democráticas vascas, nuestro Estado constitucional y nuestro Estatuto de Gernika. En fin, es otro paso más para erradicar definitivamente los comportamientos totalitarios que crecieron como las setas en el interior de la sociedad vasca. Y es por esto por lo que el conjunto del nacionalismo no lo apoya... como no apoyó antes casi ninguna medida dirigida a terminar sin precio político con el terrorismo etarra.

miércoles, 7 de abril de 2010

EL PROFESORADO VASCO.

Releyendo el borrador de la indispensable reformulación del Plan Vasco de Educación para la Paz y los Derechos Humanos en el que los distintos grupos parlamentarios estamos trabajando, encuentro la siguiente afirmación: que el profesor permanezca neutral ante cualquier apoyo al terrorismo, o ante cualquier justificación o comprensión, es una claudicación moral. A la vez, leo las reflexiones de Ezker Batua sobre el asunto concreto: "salvo raras excepciones, el profesorado vasco siempre ha estado comprometido". Y antes de echarme a temblar, repaso mentalmente mi trayectoria estudiantil: la Educación General Básica entre franquistoides y energúmenos profesores de dibujos animados, el BUP y el COU en los jesuítas de San Sebastián, donde debían de ser mudos en cuanto a lo que significaba el asesinato perfectamente discriminado, la Formación Profesional en territorio comanche (o sea, la inmensa mayoría, callada), donde nos lanzábamos a la calle... cada vez que el Rey se personaba por Euskadi y ... la universidad (la UPV y la UNED). De esta última prefiero no hablar, que tengo que volver. Y en cuanto a la Universidad Pública del País Vasco, uno. Un profesor al que veo caminar en su delgada figura por mi barrio actual. Uno. Sólo uno. Únicamente uno, una vez. Creo que no yerro si digo que fue el mismo día en que los terroristas rompían la tregua fraguada en Lizarra asesinando al teniente coronel del ejército de Tierra, Pedro Antonio Blanco García, el 21 de enero de 2000, con un coche bomba en Madrid. El profesor tomó asiento serio y en silencio. Y habló: "Es complicado dar la clase en estas circunstancias. Siento verdadero asco por lo que ha ocurrido". Ahora, cuando lo veo caminar por mi barrio, lo miro con devoción.

lunes, 5 de abril de 2010

VIDAS ROTAS (por ETA).

Para quien fuera entonces demasiado joven, hubiera mirado en el pasado para otro lado o hubiera vivido en el extranjero lejano, tiene ahora la oportunidad (imprescindible) de leer el indispensable Vidas rotas, cómputo pormenorizado y tremebundo de las andanzas existenciales de ETA. Un servidor creía recordar bastante bien, desde finales de los años ochenta (Pacto de Ajuria Enea) y comienzos de los noventa (caída de Bidart), el ambiente de miseria moral colectiva presente en el País Vasco y el goteo incesante de muertos en nuestras calles y plazas. De ahí mi presencia, con mis padres, en las concentraciones de cuatro gatos en la Plaza de Gipuzkoa, ante el desprecio y la indiferencia de una inmensa mayoría encanallada. De ahí mi militancia desde 1994 en "Denon Artean, Paz y Reconciliación", movimiento ciudadano donostiarra auspiciado y liderado por las hermanas Cuesta, Cristina e Irene. De ahí mi militancia política, mi interés social... y mi asco activo ante tamañas injusticias ("Nos rebelamos ante las injusticias, luego existimos", escribió Albert Camus).

Ahora repaso repugnado la existencia inquisitorial de ETA, a través de las páginas sobrecogedoras del libro Vidas rotas. Tanto lo que desconocí por edad hasta lo que descubrí en cuanto tuve uso de razón (y mis padres me enseñaron a utilizarla: "todo esto que ocurre es también problema nuestro"). Sinceramente, a pesar de mi temprano despertar social, no recordaba la realidad tan desoladora como la encuentro reflejada ahora: el mal provocado por los etarras ha sido mayor del imaginable. Niños, jóvenes y viejos, mujeres y hombres, civiles, militares y guardias civiles. Empresarios, profesionales liberales, profesores, catedráticos, jueces, políticos, policías nacionales y ertzainas. Cayeron todos bajo la sinrazón cobarde y cruel de ETA. Taxistas, amas de casa, estudiantes y hasta drogadictos acusados de provocar miseria moral en la juventud vasca. Gente de toda condición abatida gratuitamente por los que durante tantos años tuvieron tantos apoyos, incluso institucionales. Con insultante facilidad, sin respuesta social, con cruel frialdad. Hay casos especialmente repugnantes, aunque todos sean terribles. Hubo quienes fueron asesinados "por error", según el lenguaje más cruento de los terroristas. Incluso aquellos asesinatos tuvieron la "explicación" conveniente: eran confidentes de la policía, trapichearon con drogas en su juventud, tuvieron amigos guardias civiles o, simplemente, pasaban por allí. Un monumento extraordinario que deberemos leer obligatoriamente todos los ciudadanos. Es seguro que, salvo a los que carezcan físicamente de corazón o estén definitivamente envilecidos, llegará profundamente. Y nos pondrá frente a la repugnancia inmensa que nos siguen produciendo los bárbaros de ETA.