Las autoridades francesas acaban de negar la nacionalidad francesa a una marroquí que viste burka. Faiza tiene 32 años, está casada con un francés, reside en Francia y es madre de tres hijos franceses. El Consejo de Estado le ha denegado la nacionalidad porque considera que vestirse con el burka es una transgresión inaceptable para los valores republicanos. Dice la joven que adoptó esta vestimenta cuando llegó a Francia, a petición de su marido, practicante como ella del salafismo. Admitió que lleva una vida casi recluida y apartada de la sociedad, sumisa a los tres hombres de su familia: marido, padre y suegro. Además, respondió no tener idea acerca de cuestiones como el laicismo o el derecho a voto, declaraciones entendidas por la abogacía del Estado como "reveladoras de la ausencia de adhesión a ciertos valores fundamentales de la sociedad francesa". Insisten los miembros del tribunal que uniformarse de tal manera es "una práctica radical" y contraviene "el principio de igualdad de sexos". Hasta la fecha, la nacionalidad francesa sólo se había negado a musulmanes próximos a movimientos fundamentalistas o defensores públicos de las tesis del islam radical. Nunca antes se había tenido en cuenta la forma de vestir o la vida privada de los solicitantes. Faiza habla bien francés, criterio que ha sido siempre determinante en la apreciación de los jueces, y ha sido tratada por un ginecólogo hombre, vetado habitualmente para los integristas. El veredicto marca un hito en las relaciones entre el Estado y el islam. Ya semanas atrás el tribunal negó el matrimonio entre dos esposos musulmantes porque la mujer había mentido al marido acerca de su virginidad, pues demostraba la sumisión al hombre por parte de la mujer. Daniele Lochak, especialista en Derecho Público, afirmó al conocer la sentencia: "Si se lleva la lógica de la sumisión marital para negar la nacionalidad, las mujeres maltratadas no serían dignas de ser francesas".
Cierto es lo que respondió el ministro Bermejo al ser preguntado sobre la cuestión, que no deben convertirse en problemas cuestiones que no lo son, como puede ser el caso de la relación Islam - Estado en sueño español, al menos por el momento. Pero como es probable que puedan darse casos semejantes, haríamos bien en mantener una postura clara sobre la cuestión. La defensa de la progresiva laicización del Estado puede ser un paso previo y una buena base para un futuro - no demasiado lejano - con conflictos semejantes en nuestro territorio, a los que habrá que hacer frente y sobre los que habrá que plantear soluciones.
2 comentarios:
Que multicultural es tu blog. Esta muy bien.Da la impresión que tienes interés por aportar mucho de tí expresando todo lo que tus neuronas tienen archivadas. Está bien. Que viva la diversidad cultural, solo enriquece y nos beneficia a todos.Pegasa
Esa es mi humilde intención, ciertamente, Pegasa. Hay veces que nos encerramos en uno o dos temas y olvidamos cientos. Hasta donde uno pueda llegar, tratará de hablar de todo aquello que nos rodea, y esto es tanto... en fin, seguiré estrujando mis neuronas.
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