domingo, 30 de enero de 2011

Muchas palabras no indican mucha sabiduría.

En al menos tres ocasiones se ha equivocado el lehendakari Patxi López en lo que llevamos de año: el primer error de bulto fue mezclar en una misma frase tres términos conflictivos, "euskera", ETA y "libertad", logrando el enfado mayúsculo, y con razón, de miles de euskaldunes, que vieron una ofensa evidente que el lehendakari mezclara tales cosas con tanta torpeza: "el fin de ETA tendrá como consecuencia que el euskera se una con la libertad". Tengo mi teoría sobre la materia: en múltiples ocasiones el lehendakari no sabe si decir lo que realmente piensa, si decir lo que le han dicho que diga o si decir aquello que debe decir para contentar a los nacionalistas, ese sector a los que pretende convencer. Y, como consecuencia de ello, el resultado suele ser bastante lamentable, como en la ocasión a la que me refiero. Una cosa es explicar a fondo cuestiones como el euskera, la libertad o ETA o tratar de relacionarlas hilando muy fino... y otra mezclarlo todo, confundirlo todo y simplificarlo todo, fomentando el victimismo y dando razones al nacionalismo.
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Hubo un segundo error: con motivo de la conferencia que ofreció en la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas de Madrid, el lehendakari realizó una encendida defensa del Estado del bienestar, cosa que está muy bien, para a continuación señalar a "sectores conservadores" como los culpables de pretender acabar con él. Patxi López debería saber, tras siete años de decisiones erróneas, que es precisamente el Gobierno de España, liderado por el socialismo al que pertenece, el que ha batido todos los récords mundiales en políticas regresivas, injustas y antisociales. Desde las que tomó antes de iniciada la crisis, por rancio populismo y ansia de votos(la deducción generalizada de los 400 € anuales, el cheque-bebé, el plan E, la bajada del Impuesto sobre Sociedades, la eliminación del Impuesto sobre el Patrimonio,...) hasta las que lleva tomando este último año: la reducción del sueldo de los funcionarios, la congelación de las pensiones, el abaratamiento del despido o el retraso en la edad de jubilación hasta los 67 años. Si estas medidas las hubiera tomado el PP, las habría tomado la derecha rancia y conservadora. Como ha sido el PSOE el que las ha impulsado, el culpable son los genéricos "sectores conservadores". Pues no. Al lehendakari debemos recordarle que es su partido, entre otros, el que forma parte de ese sector conservador que ha vapuleado el Estado del bienestar.
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Y tres. En el acto político celebrado en Lehendakaritza el pasado día 14 de enero, el lehendakari fijó como ejes de la convivencia que requieren los vascos la aceptación del sistema democrático y el autogobierno, el fomento de la tolerancia y el respeto de todas las ideas políticas. Es un evidente error reclamar que se respeten todas las opciones políticas, pues entre éstas puede haberlas irrespetuosas con los derechos humanos, pero mucho más grave es comparar la aceptación del sistema democrático y el fomento de la tolerancia con el autogobierno, puesto que los dos primeros son principios consustanciales a la democracia, mientras que el autogobierno es una opción política entre otras muchas, ni más ni menos democrática que, por ejemplo, el centralismo, el federalismo o la opción política de defender la devolución de competencias al Estado.
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Creo que hay una frase de Tales de Mileto que deberían aplicarse muchos políticos y, entre ellos, el señor López: "Muchas palabras no indican mucha sabiduría". En su caso, justo lo contrario.

2 comentarios:

Sake dijo...

Sucede que el tiempo envejece a las personas y a las organizaciones y llega un momento que partidos politicos envejecen se quedan sin ideas y se entontecen sobre manera, son en ésos momentos cuando hay que dar entrada a sabia nueva.

Quite dijo...

"Más vale estar callado y parecer tonto, que hablar y despejar cualquier género de duda"