El último capítulo de este desvarío continuo que padecemos es la proposición de la secta batasuna a los socialistas vascos para que estos opten definitivamente... por las vías políticas y democráticas. Como lo oyen. Quizás el siguiente paso en su ridículo devenir sea personarse en Sálvame Deluxe y plantear en su ring-plató sus reivindicaciones infrademocráticas. Me los imagino enfrentándose al tocho Kiko Matamoros, cada cual con su particular lenguaje barriobajero y despótico. O acudir a la Corte Penal Internacional y denunciarnos a los resistentes vascos por crimenes contra la inhumanidad, por no habernos plegado aún a su dictadura infame. Todo puede ser. Según el comunicado que obedientemente leyeron ayer, durante la manifestación consentida de Bilbao, el hecho de que no se hayan cometido asesinatos de inocentes durante los últimos tiempos significa que se han dado "pasos significativos de cara a la construcción de un escenario en el que los derechos que, como pueblo nos corresponden, sean respetados y realizables". Además, para este mundo de ciencia ficción y realidad virtual, Euskadi está asistiendo "con satisfacción a la apertura de una nueva fase política, la fase de la solución y la democracia". En su paranoia mental, su colaboración actual con Eusko Alkartasuna la interpretan como un avance de las fuerzas progresistas, y la oposición española y francesa a su actividad terrorista... un intento de socavar, ya saben, "los pilares" de su identidad, como "el euskera, la cultura, la educación, la economía o el deporte". Más allá de este cúmulo de insensateces, poco más, salvo los habituales vivas a la banda y el agradecimiento a su actividad desarrollada durante décadas (casi 900 asesinados). Éste es a día de hoy la realidad a la que nos enfrentamos. Que cada cual saque sus conclusiones.
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