DESDE EL PUNTO DE VISTA DE LAS VÍCTIMAS.

Hoy se cumplen 60 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Por tal motivo, varios afiliados de UPyD - País Vasco nos hemos acercado a la exposición Cien miradas desde el dolor. El terrorismo, crimen contra la humanidad, que las fundaciones Miguel Ángel Blanco y Para la Libertad han clausurado hoy. En esta celebración, han tomado la palabra Cristina Cuesta, maestra de ceremonias, Iñaki Arteta, Pilar Elías, Maite Pagazaurtundúa y Emilio Guevara. Y hemos podido ver y escuchar un resumen de la última película del cineasta, El Infierno Vasco.

Hemos pensado que era un buen lugar donde estar, por razones evidentes. Se trata de un homenaje a las víctimas del terrorismo que nos acecha, una conmemoración que recuerda nuestras miserias, un acto digno, necesario, reivindicativo y que ha tratado de señalar responsables, sin rencor pero también sin miedo. Así que allí hemos estado, Lydia, Félix, Rodolfo, Benito y otros compañeros de partido.

Mientras caminaba por la sala, me he sorprendido a mí mismo sobrecogiéndome por la exposición señalada: frases de Bernardo Atxaga, Fernando Aranburu o Mikel Buesa, bajo fotos terribles de asesinados, manifestaciones y dramas. Me ha visto Cristina Cuesta y ha venido a saludarme. "¿Te acuerdas de mí?", le he preguntado sorprendido (son más de diez años) y ella ha respondido con un "Claro, cómo olvidarte, recuerdo mucho aquella época tan importante". Y me ha dicho que sí, que me ve comprometido en la misma lucha de siempre, ahora en un partido político como hace más de una década en Denon Artean. Le he dicho, orgulloso, que incluso he participado en pequeños mítines con Savater o Rosa Díez, "ya sabes, con los maestros" y ella, antes de alejarse para atender a otra gente, me ha dicho que lo sabe, que visita a menudo la página web del partido y que somos de lo más digno que hay en Euskadi.

La clausura ha comenzado con presencia de unos 50 ciudadanos, entre los que se encontraban políticos del Partido Popular, sindicalistas, periodistas como Antxon Urrusolo, ex-parlamentarios como Maturana, quien me mira y reconoce y tuerce la mirada, y otras personas más o menos anónimas. Todos los oradores han dicho palabras emotivas, actuales y dignas de ser escritas en lugares importantes, de donde no se borraran. Todos han sido claros como el agua, concisos, valientes y ninguno se ha andado por las ramas. Todos han acertado y señalado el problema que nos invade en Euskadi y que nos hace celebrar la declaración universal de los derechos más humanos y básicos como una reivindicación pendiente. Emilio Guevara ha señalado directamente al "nacionalismo sabiniano que nos gobierna, no democrático", como el responsable último de nuestro drama y ha reivindicado el ideal de ciudadanía, la Constitución y el Estatuto, la legalidad y la convivencia como claves para un futuro sin violencia. Maite ha optado por su tono habitualmente poético, y ha insistido de manera brillante en lo mismo que todos: podemos ganar la batalla al terrorismo que surge de la ideología nacionalista. Verdades como puños.

Luego la hemos saludo y salvo en mi edad (me ha echado menos de 30 años), ha acertado en todo lo demás, con su sonrisa imborrable no exenta de cierta melancolía. Creo que ni sabía lo de su madre Pilar, que irá en nuestras listas, empequeñeciéndonos al resto.

Según salía me he notado parcialmente restituido, deslosado, y con la clara sensación de haber aprovechado la mañana. He notado que les echaba de menos. Especialmente a Cristina Cuesta, después de tantos años, ese símbolo, esa heroína, esa luchadora. Necesitaba escuchar físicamente su voz. Su voz digna y fuerte de siempre.