Lo sabemos: los sindicatos actuales no son lo que eran. Aun siendo esto cierto, es curioso que repitan esto y con más vehemencia los que nunca creyeron en la acción sindical, la clase obrera, los derechos de los trabajadores y la extraordinaria labor de los sindicatos en defensa de tantos y tantos trabajadores. Sin embargo, es tristemente cierto: no tanto que no son lo que fueron, que también, sino sobre todo su evidente desprestigio (y declive), labrado años atrás por no hacer, según dicen, lo que debían haber hecho. Más concretamente, por no haber saltado antes al cuello del actual gobierno y denunciado con más ahínco la política económica de los socialistas y los niveles insoportables de paro que ha provocado. Los sindicatos se mantuvieron fuera de la batalla política, vigilando exclusivamente que ninguna medida del gobierno perjudicara los derechos laborales y sociales de los ciudadanos... olvidando el principal activo que tienen éstos: su empleo. Ante la multiplicación de los parados apenas dijeron nada. Y se mezclaron dos deseos: los de la derecha reaccionaria, deseosa de que el despreciable sindicalismo acompañara la política de desgaste del PP y colaborara en cavar la tumba de Zapatero; y los del clásico progresismo socialdemócrata y gentes de a pie, quienes echaron en falta más acción sindical, menos sopa boba, más independencia, menos seguidismo del gobierno y más pensar en los intereses de los ciudadanos. Sea como sea, de lo que se trata es de orillar los dogmas y analizar inteligentemente la situación en la que nos encontramos. Y la política económica del gobierno. Y analizar si efectivamente hay razones de fondo evidentes o no para hacer una huelga general mañana. Y parece que razones, haylas. Y que cada cual libremente decida... si es la huelga justa y necesaria.
3 comentarios:
Este gobierno lleva mereciendo una Huelga General desde hace mucho tiempo. Ahora es tarde, ahora no se podran justificar los sindicatos y creo sinceramente que les falta fuerza moral que los avale.
Nunca es tarde. La huelga se la tenía merecida el Gobierno, y si ahora no rectifica los sindicatos tienen el deber de exigir el cambio de la reforma laboral o ir de nuevo a la huelga.
Han pasado algunos días y se ha demostrado que carecen de fuerza moral. Les despoja de ella la actuación de esos piquetes, mal llamados informativos digan lo digan, y dicho esto con todo el respeto del mundo, Sentencias de Altos Tribunales. Me pregunto si en instancias supranacionales no se consideraría que la actuación de estos piquetes atenta contra los derechos de quienes quieren trabajar y de quienes tienen derecho a elegir quién, cuándo y dónde se les informa. Es una cuestión de oportunidad. Ciertos derechos indivudales son como los pantalones, una vez que pasan del escaparate al armario, es uno el que decide la ocasión para lucirlo.
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