miércoles, 7 de abril de 2010

EL PROFESORADO VASCO.

Releyendo el borrador de la indispensable reformulación del Plan Vasco de Educación para la Paz y los Derechos Humanos en el que los distintos grupos parlamentarios estamos trabajando, encuentro la siguiente afirmación: que el profesor permanezca neutral ante cualquier apoyo al terrorismo, o ante cualquier justificación o comprensión, es una claudicación moral. A la vez, leo las reflexiones de Ezker Batua sobre el asunto concreto: "salvo raras excepciones, el profesorado vasco siempre ha estado comprometido". Y antes de echarme a temblar, repaso mentalmente mi trayectoria estudiantil: la Educación General Básica entre franquistoides y energúmenos profesores de dibujos animados, el BUP y el COU en los jesuítas de San Sebastián, donde debían de ser mudos en cuanto a lo que significaba el asesinato perfectamente discriminado, la Formación Profesional en territorio comanche (o sea, la inmensa mayoría, callada), donde nos lanzábamos a la calle... cada vez que el Rey se personaba por Euskadi y ... la universidad (la UPV y la UNED). De esta última prefiero no hablar, que tengo que volver. Y en cuanto a la Universidad Pública del País Vasco, uno. Un profesor al que veo caminar en su delgada figura por mi barrio actual. Uno. Sólo uno. Únicamente uno, una vez. Creo que no yerro si digo que fue el mismo día en que los terroristas rompían la tregua fraguada en Lizarra asesinando al teniente coronel del ejército de Tierra, Pedro Antonio Blanco García, el 21 de enero de 2000, con un coche bomba en Madrid. El profesor tomó asiento serio y en silencio. Y habló: "Es complicado dar la clase en estas circunstancias. Siento verdadero asco por lo que ha ocurrido". Ahora, cuando lo veo caminar por mi barrio, lo miro con devoción.

8 comentarios:

Jorge Cacho dijo...

La pura verdad. Aqui todo el mundo ha callado (profesores incluidos). Cada uno sabrá si fue por miedo, cobardía o complicidad pero el silencio ha durado mucho.

Anónimo dijo...

Considero una idea totalmente equivocada la de responsabilizar en general al profesorado de las ideologias que los alumnos hayan podido obtener con el paso de los años.

De hecho, criticas a tus profesores que nunca dijeron nada sobre ETA, y tu ideología es de profundo rechazo a la banda armada. ¿Qué es lo que hicieron mal? ¿Tus compañeros de clase son condescendientes hacia el uso de la violencia para defender cualquier idea?

No hace falta una doctrina específica sobre ETA para educar a nuestros hijos en la cultura de la paz.

Me da la sensación de que mediante este decreto curricular se quiere evitar que el alumno se pregunte porqué hay gente capaz de meterse a ETA. Por qué son capaces de hacer lo que hacen. Y el único mensaje que se les quiere transmitir es que son asesinos corrientes. De hecho, en el documento se hace mención expresa a que "es inadecuado cualquier tipo de comprensión hacia los terroristas".

Ya se sabe que han quedado exluidas de esa propuesta víctimas de "otros bandos". Probablemente cuando tu hijo te pregunte sobre esos casos, te preocuparas mucho de que "comprenda" a esos delincuentes y "comprenda" también las causas de sus actos. A mi me parecerá perfecto, puesto que desde la comprensión y la empatía es donde podremos entendernos. Sin que ello signifique hacer suyas la ideología de un asesino.

Fénix Del Cidacos dijo...

Es que son sólo eso: asesinos corrientes.

Sake dijo...

El que calla otorga. No manifestarte ante un crimen es que lo apruebas o por lo menos "lo comprendes". ¿Se puede asesinar a alguien porque piense distinto de tí? y si lo haces ¿cómo se te podria calificar?. Basta pensar un poco para saber donde está la razón y donde los que no la tienen y los que no la tienen son criminales mondos y lirondos.

Maite Txumía dijo...

Completamente de acuerdo contigo, Gorka. Pero hay una dificultad, y es que el mal está hecho. Porque todos estos años en los que los maestros y profesores callaban, se fueron instalando otros maestros, educados en esa cobardía, que son verdaderos filoetarras. Va a costar mucho lo de la educación para la paz, pues el nacionalismo, dificilmente democrático , es el caldo de cultivo del mundo estudiantil.

ansiadalibertad dijo...

Creo que ya os dije en otra ocasión algo parecido, pero el ¿simple? hecho de que seáis capaces de vivir y trabajar en condiciones tan difíciles ya es tremendamente admirable para mí.
Yo sé que no sería capaz, NECESITO un mínimo de libertad sin tener que temer por los míos, por mí o por mis cosas. Un familiar mío, vasco con 'pedigrí', me dijo una vez que ahí se da lo peor y lo mejor de la condición humana. Le creo (y lo veo, desde hace mucho).

JACARE dijo...

Ante su propuesta en el parlamento de que el gobierno vasco no subvencione el euskera en Iparralde (estado Frances), me gustaria recordarle los millones de euros que se gasta el Estado Español en promocionar el castellano, los millones de euros que invierte en los institutos cervantes, incluso en paises en los que el castellano es absolutamente testimonial, por favor no nos tome el pelo Sr Maneiro, si usted no entiende el euskera como su lengua, y como una lengua acorralada y minorizada es su problema, pero por suerte la mayoria de los habitantes de la CAV no pensamos así, porque yo no puedo gastar mi dinero en ayudar al desarrollo de la lengua de mis padres en otro territorio y uno de cuenca si. Me gustaria su respuesta.

gorka maneiro labayen dijo...

Jacare, yo no soy partidario de subvencionar ninguna lengua, sino de aplicar las políticas necesarias para mejorar la vida de los ciudadanos. Supongo que habrá convenios internacionales que diferentes organismos firmen, para tratar de asentar el uso de diferentes lenguas en el mundo, pero yo no estoy de acuerdo en que ningún gobierno invierta en este tipo de cosas, salvo cuando sea por razones digamos humanitarias. Por esto yo mismo propuse instar al Instituto Cervantes a hacerse presente en el Sáhara Occidental, puesto que éste era el deseo de los ciudadanos residentes en esa zona, sin apenas gobierno ni medios. En cuanto a ayudar a las ikastolas de Navarra, es evidente que rompe los más básicos principios democráticos. Deberán ser los ciudadanos navarros los que decidan libremente a qué dedican sus impuestos, no los expansionistas nacionalistas vascos. Son los navarros, no nosotros. Y en cuanto a la representación del Estado español que usted me confiere, hombre, no se precipite.