Un año sirviendo a la sociedad.

Recientemente se ha cumplido un año de nuestra presencia en el Parlamento Vasco. Un éxito extraordinario conseguido con el trabajo de todos vosotros y que ha servido para llevar a la tribuna parlamentaria aquellas ideas recogidas en nuestro manifiesto fundacional y en nuestro programa político. Un año después, podemos decir que nuestra voz está presente en la institución más importante de Euskadi, y sirve para cambiar las cosas y mejorar la sociedad.

El trabajo desarrollado durante todo este año ha sido, ciertamente, extraordinario, y así nos lo reconocen en privado nuestros adversarios políticos. Esto ha sido posible gracias a la colaboración de muchos de vosotros, y es que sin un buen equipo los objetivos alcanzados habrían sido sencillamente irrealizables. Hoy, sin duda alguna, podemos decir que nuestras decisiones influyen en la política vasca, porque condicionamos las decisiones del nuevo Gobierno Vasco y la postura de los diferentes partidos políticos.

Echando la vista atrás, recuerdo la actividad desarrollada durante los dos o tres primeros meses de Legislatura: defendimos una iniciativa parlamentaria para modificar la política de vivienda, de modo que toda la vivienda pública ofertada pudiera llegar a ser cuanto antes de alquiler, para atender mejor a los ciudadanos con menos recursos y evitar situaciones injustas; instamos al Gobierno Central para que disolviera los ayuntamientos gobernados por ANV, al objeto de echar de nuestras instituciones democráticas a quienes pretenden acabar con ellas mediante el uso de la violencia terrorista; instamos al Gobierno para que defendiera la necesidad de incluir el crimen de terrorismo en la Corte Penal Internacional, y evitar así que prescriban delitos que nos producen un gran horror; defendimos la libertad de elección lingüística, para defender un bilingüismo voluntario y el principio máximo de que las lenguas son para los ciudadanos, no los ciudadanos para las lenguas; propusimos una modificación legal para proteger mejor a las mujeres inmigrantes víctimas de la repugnante violencia machista y conseguimos apoyo unánime para que el actual gobierno impulse un plan integral para el fomento de la lectura entre nuestros jóvenes; conseguimos que el Parlamento Vasco reconociera la labor de resistencia cívica de los empresarios y profesionales que se han negado durante tantos años a claudicar ante el chantaje económico terrorista y logramos también que la Cámara Vasca instara a la Federación Española de Fútbol para lograr que nuestra selección juegue más pronto que tarde en Euskadi; además, insistimos en la necesidad de racionalizar el entramado institucional vasco, donde decenas y decenas de entes, empresas públicas y semipúblicas y fundaciones pululan por nuestro territorio sin función claramente reconocible, provocando año tras año una verdadera sangría de dinero público, al servicio de unos pocos privilegiados que logran mantener, así, su chiringuito; y exigimos una EiTB plural, objetiva y distinta a la que durante tantos años ha servido a los intereses nacionalistas; en fin, son muchas preguntas, interpelaciones y proposiciones no de ley que no han tenido otro objetivo que llevar a la tribuna parlamentaria lo que nuestros programas políticos recogen. Mención especial merece, creo, nuestra encomiable postura para defender, en solitario, uno frente a 74, nuestra postura contraria a blindar las normas forales tributarias y defender de este modo la igualdad ciudadana y la eliminación de las anacrónicas excepcionalidades basadas en los antidemocráticos derechos históricos. Porque los privilegios son siempre censurables, incluso cuando los disfrutamos nosotros.