martes, 10 de junio de 2008

PALABRAS DESDE LA TARIMA.


Amigas, amigos, buenos días, bienvenidos. Especialmente a los que se han acercado a este lugar desde lejos, bienvenidos. Al menos por nuestra parte, estáis en vuestra casa. Pensándolo bien, no es signo de buena educación ni galantería formal. Efectivamente, estáis en vuestra casa.



Tenía la intención de explicar algunas de las cosas que nos han ocurrido en los últimos tiempos y argumentar las razones por las cuales nos encontramos hoy aquí. Por tanto, la primera pregunta sería: ¿Qué celebramos hoy? Y la respuesta es: hoy celebramos el hecho de que hace aproximadamente un año, concretamente el pasado día 19 de Mayo de 2007, un grupo de unas 35 personas (aún se buscan las restantes que completen el censo "oficial"), pertenecientes a Basta Ya, decidió iniciar los trámites necesarios para la creación de un nuevo partido político. Esta gente considera en ese momento que para tratar de lograr aquello que el país necesita, debe bajar a la arena política y tomar partido, es decir, formar un partido político. Para presentar proposiciones de ley, reformas legislativas o modificar la Constitución Española, se necesita formar un partido político. Es ésta una función que Basta Ya, habiendo llevado otras de incalculable valor, no alcanza. Si algo debe ser este partido, no es partido para acomodarse entre el PSOE y el PP, sino para situarse por encima de ambos.



Por tanto, nosotros somos hijos o herederos de aquellas personas y ellas, a su vez, lo son de Basta Ya y de otros movimientos cívicos de años atrás. Y somos hijos y herederos de una situación política determinada. Siguiendo, por tanto, el mismo razonamiento, lo que nos depare el futuro dependerá también de lo que ahora hagamos nosotros. Si nos quedáramos con los brazos cruzados, el futuro no dependerá más que de nuestra inacción... o no dependerá para nada.



¿Qué es lo que hemos conseguido? Numéricamente, 303.535 votos y 1 escaño. Más votos que el PNV aunque seis escaños menos. Aún comprobando la ley electoral que padecemos, deberíamos estar menos preocupados que, por ejemplo, IU, pues al menos nosotros tenemos una parlamentaria que vale por 20. Sin embargo, intuyo que más allá de datos numéricos, datos fríos y matemáticas, hemos logrado cosas más importantes, vía también estos votos y escaño. Hemos conseguido que se cuestionen determinadas verdades absolutas y se dude de determinados planteamientos antes incuestionados. Hemos logrado que se abran debates, se inicien temas y se discuta libremente. Hemos conseguido hablar, y hablar ya es mucho en Euskadi.



En fin, dadas las circunstancias en las que nos encontramos, con una mediocre clase política campando por sus respetos y los dos viejos partidos tradicionales peleando por ver quien desvertebra más el país y quien lo pervierte mejor en un mosaico de territorios divergentes, este partido es una bendición del cielo. Una bendición laica del cielo. En esta España de las baronías territoriales y las medias verdades, donde el partido del gobierno llamado socialista desconoce las palabras "solidaridad" e "igualdad", UPyD es extrictamente imprescindible. En términos taurinos, podríamos decir que UPyD es el José Tomás del Parlamento.



Son, por tanto, muchas cosas las que hemos comenzado a llevar a cabo. Hemos logrado ensanchar el concepto legal de víctima del terrorismo y que se cuestione la actual ley electoral que dinamita todas las proporciones. Estamos consiguiendo que se cuestionen las actuales políticas lingüísticas que se aplican en algunas comunidades autónomas. Y conseguiremos también que se hable de la que sufrimos en Euskadi, destinada al adoctrinamiento ideológico en el nacionalismo obligatorio. Y conseguiremos una Educación para la Ciudadanía que fomente el espíritu crítico y la libre discusión de las ideas. Y abordaremos cuando llegue el momento una profundización progresiva de la laicidad del Estado e incluso el replanteamiento de los actuales acuerdos con el Vaticano. Y la devolución al Estado de determinadas competencias, como Educación, necesarias para alcanzar una verdadera igualdad y solidaridad entre todos los ciudadanos. Y un modelo territorial tan descentralizado como el bienestar de las personas necesite, pero igualitario e independiente de los ventajismos localistas que lo pervierten. Y la superación de los derechos históricos que conceden privilegios a unos a costa de otros. Yo, como vasco, no quiero disfrutar de ningún privilegio. Y no los quiero porque cuando existen, hay al otro lado de la balanza quien debe pagarlos.



En fin, son muchas cosas y apenas hemos iniciado el camino.



Para terminar, os leo una frase que aparece en el último libro de Carlos Martínez Gorriarán: "Para hablar libremente, no hay que defender la libertad de palabra como un supuesto deseable, sino hablar libremente".



Hablemos pues libremente.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Enhorabuena Gorka. Es la primera vez que escribo en tu blog y es para darte la enhorabuena y desearte mucha suerte en tu andadura con UPyD pues eres uno de nuestros jovenes valores.
Animo y que no decaiga to entusiasmo. Yo esta vez desgraciadamente no pude ir a San Sebastian y es la primera vez que falto a un acto de UPyD desde la plataforma y Basta Ya. No pude y lo siento mucho.
Lo dicho Gorka me encanta ver gente joven como tu en nuestro partido.
Saludos cordiales/Jose Maria

gorka maneiro labayen dijo...

Un placer, Jose Maria. La verdad es que la confianza que me han transmitido mis compañeros guipuzcoanos así como los guipuzcoanos... madrileños ha sido grandísima y muy de agradecer, prácticamente desde el principio. Obviamente, dicha confianza es recíproca y la base de todo lo que hacemos. Respecto a la juventud que comentas... he visto gente con muchos años que, en la reciente campaña electoral ya pasada, trabajó como cosacos y de la que me siento especialmente orgullo y a la que admiro muchísimo. Pero sí, soy, de momento, bastante joven. :)