miércoles, 25 de febrero de 2009

CRISIS ECONÓMICA y ENCHUFISMO.

Durante los últimos 30 años, las coaliciones de gobierno lideradas siempre por el PNV han conseguido imponer un régimen muy escasamente democrático basado, además de en la influencia siniestra del terrorismo, en la sobrefinanciación obtenida a través del cálculo tramposo del Cupo pagado al Estado por los servicios que éste presta en la CAV. Esta financiación adicional, lejos de haber servido para mejorar los servicios sociales a los que los ciudadanos vascos tenemos derecho, comenzando por la educación, la sanidad y la vivienda, en realidad ha servido para crear y sostener un opaco y denso tejido de organismos de toda índole que, con pretextos culturales o de otro tipo, sirven para dar ocupación a miles de militantes nacionalistas, crear empresas públicas y semipúblicas de finalidad desconocida o inútil, y subvencionar generosamente a los empresarios afines y a las entidades que forman la telaraña nacionalista.

Mientras la educación pierde calidad y se orienta a la formación doctrinal de abertzales “euskaldunizados”, mientras la sanidad empeora progresivamente, mientras la vivienda se convierte en un sueño inalcanzable para los jóvenes y los menos dotados económicamente, proliferan todo tipo de sociedades y entidades supuestamente culturales, embajadas internacionales de opereta y subvenciones incalculables para el llamado “mundo del euskera” y cosas semejantes.

Todo este abuso ha sido posible gracias a la prosperidad del conjunto de la economía española durante los últimos años, apoyada a su vez en una burbuja inmobiliaria y financiera que ha terminado por estallar. Mientras el dinero fácil abundaba gracias a un crédito barato insostenible, ha sido posible mantener la injusticia del Cupo con los demás contribuyentes españoles, pero también injusto y engañoso para los propios ciudadanos del País Vasco. Ahora que el modelo de desarrollo económico mantenido por los gobiernos de Aznar y de Zapatero ha terminado por precipitarse en una crisis sin precedentes, los gobiernos españoles van a tener mucho más difícil subvencionar a sus aliados del PNV con un dinero necesario para pagar subsidios sociales al creciente ejército de parados que su modelo caduco ha producido.

Nosotros, UPyD, pensamos que esta es una buena oportunidad para terminar por la vía democrática con este privilegio que sólo beneficia a los nacionalistas, del mismo modo en que la crisis económica ofrece también la oportunidad de afrontar el necesario cambio de modelo económico, pasando del basado en el empleo de mala calidad y de la burbuja inmobiliaria y financiera, a otro basado en empresas innovadoras capaces de producir bienes de alto valor añadido y de ofrecer trabajo y empleo de buena calidad y duradero. Para que este cambio sea posible, es necesario renunciar a los privilegios que, como el Cupo vasco, no solo son injustos, sino que perjudican la igualdad de los ciudadanos en el propio País Vasco, estimulan el mal gobierno y la corrupción, engañan a la sociedad con la ficción de una prosperidad artificial y, por consiguiente, hacen más difícil y complicada la superación de la crisis económica en la que estamos metidos. Una crisis que es, en gran parte, consecuencia de un cambio de ciclo mundial, pero empeorada en el caso de España y de Euskadi por el empeño de los partidos gobernantes en negar la realidad, mentir y resistirse a adoptar medidas económicas y sociales bien orientadas porque éstas perjudican sus intereses conservadores. Por ejemplo, eliminar la sobrefinanciación obtenida por el PNV y demás nacionalistas, incluidos los partidos de ETA, de fondos públicos pagados por todos que van a parar al bolsillo de unos pocos. Terminar con el oscurantismo y la injusticia, optando por la transparencia y la justicia, resulta esencial para salir cuanto antes de una crisis económica empeorada por el mal gobierno en España y en Euskadi.

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