Nosotros queremos una Euskadi representada por políticos distintos, que no sólo hablen sino que también escuchen, que piensen en el conjunto de los ciudadanos y en su bienestar en lugar de en eternizar su conflicto inventado con España y en sus ensoñaciones patrióticas que pisotean al individuo soberano.
Nosotros queremos una Euskadi donde los conflictos políticos, presentes en todas las sociedades modernas, se resuelvan razonadamente en el Parlamento, lugar donde reside la soberanía popular, no en segundas o terceras mesas a espaldas de la gente, no en reuniones clandestinas ni en encuentros secretos.
Nosotros queremos una Euskadi sin telarañas, cuyas ventanas puedan finalmente abrirse y sus alfombras levantarse, abierta al mundo, cohesionada con el resto de España, solidaria con ella, que arrime el hombro y exporte cultura y conocimientos en lugar de tantos odios artificialmente fomentados.
Nosotros queremos un País Vasco que incremente su inversión en Sanidad Pública, para que Osakidetza recupere su prestigio perdido y mejore sus servicios, de modo que nos igualemos primero a la media nacional y, con el tiempo, a los mejores servicios europeos.
Nosotros queremos una Euskadi que priorice la educación pública y la aleje de los adoctrinamientos ideológicos de ahora, que la libere de la propaganda nacionalista, una educación pública sin dirigismos partidistas, que fomente el espíritu crítico y el respeto a los derechos humanos, que no fabrique mentes perversas ni odios inventados sino jóvenes con el futuro en sus manos.
Nosotros queremos en Euskadi unos medios públicos de comunicación independientes, sin manipulación informativa, objetivos y serios, sin palabras prohibidas y sin sectarismos, de los que nos podamos sentir orgullosos y en los que nos podamos ver representados.
Nosotros queremos un País Vasco sin privilegios, donde la gestión de lo público deje de ser el negocio de unos pocos y pase a ser la gestión del conjunto de la comunidad, sin enchufes ni amiguismos, donde el carnet de identidad valga más que el carnet "del partido".
Nosotros queremos una sociedad sin mordazas, no normalizada sino normal, cada cual con su proyecto de vida y su ideología, cada cual libre, independiente y autónomo, sin la coraza del pensamiento único, sin la losa del nacionalismo, sin la obligación de aparentar ser aquello que no somos, sin que nos llamen sucursalistas o alienígenas en nuestra propia tierra.
Nosotros queremos una Euskadi unida, no tanto en paz porque no estamos en guerra sino sin violencia, es decir, con sus ciudadanos y proyectos políticos democráticos en pie de igualdad, donde no existan más armas que la palabra y la argumentación razonada, donde todo quepa dentro de la ley y nada fuera de ella.
Nosotros no queremos una Euskadi dividida en nacionalistas y no nacionalistas, sino constituida por ciudadanos, no la queremos convertida en una especie de tribu de obedientes y todos iguales, en un pueblo en marcha, en una masa uniforme al servicio de la patria, en un rebaño de cualidades semejantes, sino formada por ciudadanos distintos e incluso divergentes, diversos, cada cual con su bandera preferida o sin bandera, cada cual con sus creencias religiosas o sin ellas, cada cual utilizando libremente el idioma que prefiera.
Nosotros queremos una Euskadi moderna, cosmopolita y plural, una Euskadi que no levante fronteras sino que las derribe.